Tóxico

Acerca de la importancia de los sueños



Autor: Lic. Norma Beatriz Vallone - Actualizado el 30 de abril de 2020

Tóxico es un largometraje nacional dirigido por Ariel Martínez Herrera y protagonizado por Jazmín Stuart y Agustín Rittano. Su estreno en los cines se vio impedido por la irrupción de la pandemia de Covid – 19, permaneciendo momentáneamente disponible en una plataforma virtual.

Apenas unos meses atrás, bien hubiera merecido el calificativo de distopía.

En estos tiempos, acredita una vigencia inusitada e inquietante. La película trata sobre una pareja que huye de Buenos Aires en un cómodo motorhome hacia un lugar que se presenta como inespecífico. Un virus que quita el sueño y a veces la vida, invade al planeta. Los personajes usan barbijos y máscaras.

Augusto es farmacéutico, una horda de insomnes atacó su farmacia, motivando dicho episodio la huida. Apela constantemente al uso de ansiolíticos y métodos de protección; evita el contacto cercano, hasta con su pareja. Todo semejante deviene para él en sospechoso. Laura, un poco más relajada, se pregunta por el sentido de la experiencia que los atraviesa.

Ella intenta rescatar algo del goce de esa vida que ha cambiado tan radical y brutalmente. En el camino, se topan con los más diversos personajes. Algunos se suicidan, otros destruyen puentes y los hay también los que intentan construir algún recurso. Abuso y solidaridad, dos caras de la misma moneda de la desesperación. La película nos invita a pensar acerca de las repercusiones de un hecho que se impone letal e incontrolable.

Ante el desmoronamiento subjetivo, como psicoanalistas, podemos afirmar que la salida que Augusto encuentra y Laura acompaña, no es otra que la del pasaje al acto. De hecho, Lacan refiere puntualmente a la fuga como una forma de pasaje al acto en el seminario 10. Se impone la intención de desentenderse de la amenaza, la que implica el virus en sí mismo y la que entraña cualquier semejante en tanto posible portador del mismo.

Mucho podría decirse acerca del papel desbastador de la privación del sueño. También, puede considerarse al sueño en tanto “ensueño diurno”, tal como denomina Freud a la fantasía en la conferencia 23. El concepto de fantasma de Lacan abreva en el de fantasía de Freud y a la par, lo complejiza. El fantasma constituye una respuesta a lo enigmático del deseo del Otro y organiza la realidad psíquica.

Es el que puede quebrarse en las situaciones de urgencia, que es definida por Lacan como “Lo imposible de soportar para un sujeto al que nada divierte”. En este contexto, las funciones del yo se ven alteradas. Si en el pasaje al acto el sujeto “aparece borrado al máximo por la barra”; salir de la urgencia implica, siempre, poder recuperar la dimensión subjetiva. El sujeto no es sin el Otro en cuyo campo se constituye y sin esos otros con quienes comparte la existencia. Es indispensable recuperar los sueños o mejor dicho, la capacidad de soñar, porque en el camino… siempre algo se pierde. Para más detalles, habrá que ver la película.




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