Represión en un hospital psiquiátrico


“La adormecida prodigalidad de nuestra familiaridad con el horror es una radical derrota humana”.



Autor: Lic. Verónica Icasuriaga - Actualizado el 22 de mayo de 2013

George Steiner:
El pasado 26 de abril decenas de efectivos policiales con uniforme antimotines se hicieron presentes en el Hospital Psiquiátrico Borda para apropiarse indebidamente sin autorización judicial de dos hectáreas del Hospital.

Cuando los profesionales y trabajadores de la salud protestaron frente al despojo ilegal, la policía metropolitana reprimió salvajemente con balas de goma, palos y gases tóxicos a pacientes externos e internos, familiares, trabajadores de la salud mental, periodistas y diputados que se hicieron presentes en el lugar para impedirlo.

Hacia exactamente un año atrás, todos recordaban que se habían reunido para festejar, la negativa de la comunidad a la construcción de un Centro Cívico en el predio del Hospital .

¿Se puede presuponer que fue inconsciente para las autoridades ir a un Hospital psiquiátrico, enviando la Policía antimotines, a desalojar un taller protegido , sin aval judicial que lo autorizara, justo el día exacto , un año después de que les habían dicho que NO?

¿A imponer el Si, a la fuerza, con represión sin importar contra quien o quienes disparaban,?

En democracia no hay antecedentes a este hecho, lo cual lo vuelve más peligroso aún.

Que las autoridades se estén habilitando mediante la fuerza, para conseguir lo que quieren sin tener en cuenta los dictámenes judiciales hacen recordar amargamente comportamientos de la Dictadura….

Uno podría pensar ¿para qué llevar la policía antimotines a un Hospital Psiquiátrico? ¿Fue un acto deliberado del sujeto de la autoridad, ir preparado de antemano a reprimir a un Hospital lleno de enfermos psiquiátricos y profesionales?

Lo que le paso a los enfermos y profesionales del Borda no es diferente de lo que diariamente nos sucede a todos los sujetos, en el atropello de muchos de nuestros derechos, por citar algunos, el tren Sarmiento y no solo las muertes que ya lo enlutan, sino la sensación permanente de que nada se resolvió y es solo esperar hasta que vuelva a suceder un ¿¿¿“accidente”??.

Crónicas de tragedias anunciadas, el sujeto, el vecino, el ciudadano, se queja, intenta, hace marchas, reclama, se reúne, hace lazo social en la búsqueda del cambio, pero no hay quien escuche, y si no hay quien escuche ante la tragedia, la enfermedad, el dolor, surge el desamparo……

El contenido simbólico de lo que nos esta pasando es macabro, el puro sentido del Capitalismo, el negocio es la ley, el sujeto es un objeto………sujetado al más puro capitalismo.

Lacan plantea que el discurso del capitalista es el discurso más astuto que se haya tenido jamás, sin embargo nosotros como psicoanalistas de esta época seguiremos apostando día a día a la subjetividad en el intento de hacer la diferencia.




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