Cine; Psicoanálisis y Psicosis


Autor: Lic. Hebe Bussolari - Actualizado el 29 de abril de 2013

La psicosis siempre ha producido fascinación a los cineastas. Directores como Hichckoch y Polanski la llevaron a primer plano en sus films.

A través de las películas Cisne Negro y Una mente brillante podemos analizar diferentes puntos a tener en cuenta desde el psicoanálisis y, ya que en estos casos el contacto con los psiquiatras es indispensable, algunas puntuaciones desde el DSM IV.

Cisne Negro, nos muestra una bailarina de valet, Nina, (personaje brillantemente interpretado por Natalie Portman) que es víctima del estrago materno: convive con una madre absorbente con la que tiene un vínculo patológico de tipo simbiótico. Ese vínculo aparentemente tierno es también tenso, con un excesivo control materno y la aparición de autoagresiones en la joven.

Nina, la niña buena de su madre, intenta desesperadamente hacer un corte con ella en lo real, ya que no lo hubo en lo simbólico: arañazos en su espalda, mueble contra la puerta del baño y palo en la puerta del dormitorio que nos recuerda los dichos de Lacan en el Seminario 17, donde habla del Deseo de la Madre como la boca de un cocodrilo y del falo como un palo que no permite que ésta se cierre.

En la vida de Nina no hay un padre ni aparece ningún hombre en la vida de su madre, quien le reprocha haber abandonado por ella su propia carrera de bailarina. No hubo deseo de tener esta hija, no hay nada del orden de la ley o la función paterna que haga corte entre ellas. Su madre vive a través de Nina lo que no pudo conseguir por sí misma. Queda así sometida al capricho materno.

El cuadro de la prepsicosis se completa con su imagen que se desdobla, se independiza en el espejo y por momentos estalla en pedazos. Estos fenómenos, que Lacan llama ”fenómenos de franja”, la invaden, la aterran y no logra comprenderlos. Presenta una estructura sumamente rígida y un superyó que le exige gozar hasta alcanzar la perfección.

Como sucede muchas veces, el entorno de Nina no percibe el desmoronamiento que se está dando en su interior.

Todo se precipita cuando aparece la posibilidad de ser elegida primera bailarina del valet. Hay fenómenos que incluyen el cuerpo, ve cómo crecen plumas en su piel. Nina comienza a tener delirios persecutorios con Lily, su otro admirado y odiado a la vez, llegando a decir: “Lily está tras de mí”.

Las alucinaciones se suceden y la irrupción de la sexualidad llevará al desencadenamiento final: su profesor, Thomas, la provoca, le pide que se masturbe, le exige que su danza sea más visceral, más real, “veo tu técnica pero no tu pasión”, ella responde: “quiero ser perfecta”; ambas cosas logrará en el pasaje al acto del final del film.

Ella es toda para su madre, hasta que aparece Thomas y la elige como la Reina Cisne. Pero la exigencia de interpretar al cisne blanco y al cisne negro intensificará el desdoblamiento. Él le pone de modelo a Beth, que para Nina es la perfección, y cuya imagen ha intentado alcanzar utilizando sus aros y su lápiz labial. Las imágenes de Beth y de Lily comienzan a atormentarla. Alucina que mata a Lily.

En el instante final, Nina logra ser los dos cisnes, logra la perfección que buscaba, cree lograr el goce total que sólo podría dar la muerte: “AL FIN LO SENTÍ, FUE PERFECTO”, dice.

Una Mente Brillante nos presenta en cambio una psicosis ya desencadenada y está basada en un caso real.

John Forbes Nash llega a la Universidad de Princeton para realizar sus estudios de posgrado.

El director de la película juega con el espectador de modo que al principio, como Nash, no sabe qué personajes son reales y cuáles alucinatorios. Más adelante se va descubriendo que tiene la certeza de continuar trabajando para el Departamento de Defensa de los EEUU y por esa causa ser perseguido.

Presenta, además de este delirio, alucinaciones visuales y auditivas, lenguaje y comportamiento desorganizado y dificultades para establecer vínculos afectivos. Se presenta en el film, el deterioro funcional al que lo llevan los sucesivos brotes: distraibilidad, comportamiento autolesivo y por momentos agresivo, angustia, excitabilidad y aparecen también síntomas negativos como dificultades para las relaciones sociales, escasez de ademanes expresivos y restricción en el lenguaje espontáneo.

Una alumna se enamora de este profesor un poco raro pero brillante; se casan y tienen un hijo. Al principio ella no sabe de sus alucinaciones ni de su delirio, y cree que tiene un trabajo secreto relacionado con el gobierno. Lo descubre cuando, a partir de un brote, debe ser internado.

Es probable que previo al desencadenamiento, Nash fuese un prepsicótico que, según el DSM IV presentase un trastorno esquizoide de la personalidad combinado con rasgos obsesivo-compulsivos. En el film vemos lo dificultoso que le resulta adaptarse al régimen de una institución educativa: no asiste a las clases que considera una pérdida de tiempo y realiza comentarios que podrían hacer pensar en un delirio de grandeza. Refiere que de niño era solitario (es de suponer que ya tenía problemas de aislamiento) y que su maestra decía que tenía doble cerebro y medio corazón, lo que podría ser una pista para pensar en un caso de psicosis infantil.

Nash, a diferencia de Nina en Cisne Negro, recibe tratamiento, aunque farmacológico exclusivamente. Vemos las dificultades que enfrenta para aceptar los efectos colaterales del mismo. Por momentos, abandona los medicamentos y esto lo lleva a nuevos brotes, situación bastante común en estos pacientes.

El hecho de contar con el amor de su mujer y el apoyo de sus colegas, facilita la estabilización de Nash. Nina, en cambio, no contó con el amor de su madre ni el de Thomas. Ambos la colocaron en al lugar de objeto pulsional, y no objeto de amor. Es desde ese vacío que Nina cae como deshecho en el pasaje al acto final.



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